Siempre me han encantado las bibliotecas. Lugares tranquilos, donde cada lector está en Hogwarts, Macondo, alguna plaza romana o en Carranque defendiéndose de los zombies que invaden Málaga.
Supongo que el buen recuerdo se debe a mis largas tardes estudiando en muy diversas bibliotecas de mi ciudad. Casi todas las de la UMA han sido testigos de mi juventud. Especial, no sé decir porqué, para mí, la biblioteca Cánovas del Castillo, en calle Ollerías. Quizá por la nostalgia del sonido de las pisadas en el parqué, que nadie conseguía evitar.
Mi primera biblioteca no se encuentra muy lejos de aquí. En mi colegio el carné era voluntario y yo no podía entender cómo no todos lo tenían. Recuerdo con especial cariño mis primeros libros "alquilados", casi siempre un ejemplar de Puck. En la biblioteca "Salvador Rueda" acabé con todos los Asterix hasta que el galo y su amigo, junto con Ideafix no tuvieron más lugares que visitar.
Al hacerme cargo de la biblioteca este curso, tengo la oportunidad de poder transmitir mi amor por la literatura y los libros. Quiero hacerles descubrir ese pasadizo a otros mundos, una forma de emocionarte, entretenerte, informarte...que siempre tendrá defensores, como en Fahrenheit 451.
La lectura no solo te transporta a otros mundos, también amplia tu vocabulario, velocidad lectora, tu cultura general. Leer, por tanto, les ayudará también a escribir mejor. Dicen que lo que se escribe llega al cerebro de manera distinta a lo que se oye.
Así que yo quiero dejar por escrito mi agradecimiento a todos esos primeros lectores que han llenado la biblioteca estos dos meses. Me ha encantado ver cómo cada día se llenaba el rinconcito lector que he creado para ellos. También quiero agradecer la ayuda de mis compañeros, colaborando en las actividades, encargándose de las mochilas viajeras y haciendo uso de la biblioteca con su alumnado. Y, por supuesto, a las madres del AMPA, que me han ayudado con la nueva decoración, y espero que continúen haciéndolo. Pero, sobre todo, agradecer a mi numeroso grupo de alumnado colaborador, que no para de decirme qué más pueden hacer.
Irene.